lunes, 24 de marzo de 2014

Las religiones de Melnûn (1 de 2)


Existen diferentes cultos y religiones en la tierra de Melnûn.

Los Elfos, por ejemplo, rinden culto a la Madre Naturaleza, a la vida. Tienen diferentes ceremonias que reverencian a la Gran Madre y a sus dones: el dos de Enertvil celebran el inicio del año y el triunfo del Sol sobre la noche, el uno de Maii (en mitad de la Temporada Húmeda) celebran la fiesta de las Lágrimas de Gaia, el seis de Sdreztl celebran la fiesta del Parto de la Tierra....
Así mismo, tienen numerosas tradiciones de respeto hacia la vida. Existe una muy famosa, la llamada deuda de vida: si un individuo le salva la vida a un Elfo, éste debe devolverle el favor salvándole la vida también. Para ello deberá acompañar a esa persona hasta que cumpla su deuda. Otra curiosa costumbre es la de pedir perdón a la Madre Naturaleza, con una bella plegaria en élfico, por las personas que han matado, por las vidas segadas. Los soldados lo hacen conjuntamente antes de una gran batalla, en previsión de los enemigos que van a matar.


Otras razas, como los Centauros, veneran también la Naturaleza, representada en seres que la pueblan. Por supuesto el animal que más respetan es el caballo, pero también estiman a los búhos (a los que consideran los animales más inteligentes), los pájaros carpinteros y a las serpientes y culebras. El muérdago es para ellos una planta mágica y merecedora de respeto, así como las margaritas.


Los Salvajes de las sabanas invocan y veneran a Manitú, el espíritu de la Naturaleza. Todas las representaciones de la naturaleza son obra suya: la lluvia, el fuego que cae del cielo, el crecimiento de la hierba y de las cosechas, el nacimiento de nuevos animales.... Entre sus tradiciones está la danza de la lluvia, para pedir a Manitú que llore sobre la tierra.



Los Duendes, caóticos como siempre, celebran festividades sin un orden concreto, ni una periodicidad determinada. Como seres irreverentes que son no reconocen ningún dios, e incluso se mofan y burlan de las religiones de las demás razas, lo que les ha llevado a numerosos desencuentros interraciales e incluso guerras.
Sin embargo, veneran al topo y a la lombriz, por la similitud que tienen con estos dos animales en cuanto a la búsqueda de un hogar se refiere (los Duendes viven bajo tierra, en cavernas y túneles escavados por ellos mismos). No llegan a considerarlos deidades, pero suelen hacerse collares con los pequeños colmillos del roedor o introducen lombrices disecadas en pequeños relicarios de cristal, de los que no se separan, considerándolos objetos casi sagrados.

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