sábado, 10 de septiembre de 2016

Duelo


Toma aire, nervioso, asustado. Suspira, sabiendo que el momento es importante. Se separa de la pared, caminando hacia el centro del espacio. Sus botas levantan nubecillas de polvo al caminar, desvaneciéndose poco a poco. Todo parece hacerse más lento, el tiempo se estira, los pájaros dejan de cantar y la gente de alrededor enmudece. Nota todas las miradas puestas sobre él. El tiempo se vuelve chicle y el aire gelatina.
Está rodeado de gente, expectante y atenta. Sabe que lo que va a hacer es importante y que todos lo esperan: si sale victorioso el futuro de muchos de los que le rodean se unirá al suyo. La vida de todos cambiará.
Su oponente sale desde un lateral, caminando sobre el polvo como él. Le mira, fijamente, poniéndose más nervioso. Es alguien duro, difícil de vencer. Cuando su adversario se coloca frente a él y se detiene él también lo hace, tragando saliva.
Se miran, evaluándose. Colocan sus manos a ambos lados del cuerpo, tensos y nerviosos. Todos los miran, esperando el duelo que decidirá todo.
No piensa más. Sólo queda actuar.
- Pares – dice el otro.
- Nones – acepta él.
La suerte está echada.


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